Es posible perder un avión, por culpa de un atasco de tráfico, un imprevisto, por dormirse… hay muchas causas para que no lleguemos a nuestra cita, pero sí es por una negligencia tuya y encima evitable pues duele más y el enfado es mayor todavía, aunque de entrada descargamos nuestra ira en la compañía aérea. Como fue el caso al principio. A finales de verano mi cuñada, su marido y su hija pequeña vinieron a vernos a Valencia unos días. Manuela no tendría ni un año, nueves meses si mal no recuerdo. El vuelo de Santiago a Valencia con Ryanair fue normal, sin problemas, pasamos juntos unos días estupendos y como todo lo bueno se acaba… tocaba volver.
Mi familia se quedó en casa y yo cogí el coche para llevarles al aeropuerto. Salimos con tiempo, porque cuando viajas con niños siempre hay más imprevistos. Así que llegamos con bastante antelación, aparcamos y les acompañé hasta el mostrador de facturación. Cuando entregaron sus documentos y las tarjetas de embarque la azafata nos dejó a todos helados. Manuela no podía volar. El motivo, no tenía un DNI y el Libro de familia no era una garantía para identificarla. Mi cuñada alegó que ya habían hecho el viaje de ida sin ningún problema y que no les habían pedido documentación de la pequeña. La azafata se desentendió y le dijo que era normas de la compañía y que al comprar los billetes ya lo sabía. ( En aquellos años, hablamos de principios de siglo, no tenías que introducir un DNI para reservar el billete, pero sí que te advertían de que loes menores tenían que ser identificados).
Tras unos minutos de tira y afloja, la azafata le sugirió a mi cuñada que se acercase a la comisaría de Paterna e intentase sacar el DNI, que a lo mejor le daba tiempo de coger el vuelo. Fueron momentos tensos, mi cuñado se tenía que volver por trabajo y decidieron que él se iba y que nosotros intentaríamos conseguir el DNI, entre lágrimas, enfados y mosqueos.
Triste forma de acabar unos días en los que lo habíamos pasado genial. Pero había que intentarlo, así que nos fuimos para la comisaria de Paterna, nerviosos, con prisas.. y al legar la cola daba la vuelta al edificio. entramos, y nos dijeron que esa mañana imposible… que si queríamos hacer cola…
Volvimos al aeropuerto donde mi cuñado esperaba impaciente y le dimos la mala noticia. Se enfadó, se despidió, de nuevo situación emotiva, con llantos y enfado y se dirigió a los arcos de seguridad.
Mi cuñada aún espero unos minutos hasta perderlo de vista y nos fuimos a un mostrador de Iberia para sacar otros billetes para las dos. Iberia no ponía este impedimento en el vuelo. Pudo encontrar plazas para el día siguiente y evidentemente más caro que la areolínea irlandesa, además de haber perdido el dinero del vuelo de vuelta.
¿La culpa fue de Ryanair? No, la verdad es que sabíamos de esa cláusula pero prácticamente no se aplicaba, aunque es verdad que empezaban a ser más estrictos. En el vuelo de ida no pasó nada y en el de vuelta pues no pudieron volar. Así de simple. Como padre, prefiero que no se pueda volar si no es con la debida identificación, me parece una buena medida de seguridad. Por otro lado, creo que somos muy dados a no leernos nunca ni la letra pequeña, ni tampoco la grande, pero a la hora de viajar con niños, de volar en un avión es bueno leerse las condiciones y hasta comparar los diferentes requisitos para poder volar con tus hijos que exigen las diferentes aerolíneas.
Paco Beltrán
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