Si tu hij@ es de los que engrosa las listas del fracaso escolar. Enhorabuena. Aunque choque que se pueda celebrar el fracaso escolar, la realidad es que el sistema educativo y los modelos de enseñanza tienden a etiquetar como fracaso, lo que en ocasiones es talento, capacidad, creatividad. Así que no temas. Tal vez tu hijo, tu hija, en la vida tenga un éxito en lo personal y en lo profesional. a pesar de haber fracasado en su etapa educativa
Seguro que muchos padres, madres y educadores se llevan las manos a la cabeza y discrepan de esta opinión. Lógico y normal. Pero se trata de indagar en las razones del porqué del fracaso escolar, de analizar porque tu hijo o tu hija están fracasando y sobre todo buscar medios y dar con profesionales, que por fortuna los hay, que saben como detectar y como tratar lo que no es fracaso sino potencial desaprovechado, anulado, perseguido y hasta repudiado.
El Elemento
Sir Ken Robinson, inglés afincado en los Estados Unidos, es un educador que ha escrito uno de esos libros que realmente te cambian la vida después de leerlo. Se trata de El Elemento. Un libro que recomiendo leer, subrayar, releer, llevar encima… y sobre todo llevar a la práctica.
Como síntesis, porque creo que es mejor que lo leas, te adelantaré que lo que Robinson llama el elemento no es sino identificar qué es para nosotros lo que nos motiva, lo que nos gusta, lo que nos apasiona. En su libro relata que los modelos educativos son fábricas donde «socializan» a los menores con horarios de factoria, con estructuras férreas de horarios y contenidos y donde la creatividad ha sido desterrada.
Sorprenderá descubrir los ejemplos que Robinson pone de genios, talentos o personalidades que han contribuido con su capacidad a diferentes disciplinas. Choca descubrir que a un alumno no lo quisieron en el coro del colegio porque su voz estropearía el sonido. Era un tal Elvis Presley. O el otro apasionado de la música al que no admitieron en el coro de la catedral de su ciudad, Liverpool porque decían, cantaba mal. Sí, era Paul Mc Cartney.
Pero sin duda el caso que más me llamó la atención es el de una niña a la que sus profesores dieron por desahuciada con sólo 8 años. No sólo se portaba mal, sino que no atendía y molestaba a sus compañeros. El diagnóstico fue el de llevarla a una escuela de educación especial. Su madre la llevó a un psicólogo y tras una charla dejó sóla a la niña y le puso música. Salieron de la habitación y le dijo a su madre que mirará por un cristal. La niña bailaba sin cesar. Esa niña tras pasar por la Royal Ballet School de Londres y formar su propia compañía ha dado al mundo célebres musicales como Cats o el Fantasma de la ópera. Es Gillian Lynne. Y sólo necesitaba encontrar su elemento.
En los últimos años se ha extendido, por fortuna, la necesidad de estimular y detectar la creatividad. Precisamente la Asociación Mundial de Educadores Infantiles reúne a mediados de noviembre en Madrid a a un grupo de ponentes expertos que «compartirán experiencias de diferentes campos para que los docentes puedan acompañar a los niños y niñas en la transición progresiva de ser creadores potenciales a convertirse en personas creativas». Más información.
El proceso ahora es trasladarlo a las aulas y abrir la mente de los padres y las madres para experimentar y descubrir. No sólo por sus hij@s, sino también por ellos mismos. Paco Beltrán
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